En esta vida solo tengo tres cosas de las que me puedo jactar:
- Soy el mayor Fan de “El planeta de los Simios” que existe por lo menos en la Ciudad de México (Duh...)
- Jamás me aburro.
- Carezco de los llamados “Placeres Culpables”.
En base a esto ultimo, quien quiera que me conozca sabe que jamás he negado el hecho que era gran fan en los primeros años de mi adolescencia y que genuinamente me agrada su música y estilo, aunque ya no tanto como antes.
Me ayudaron muchísimo a superar mi timidez con las chavas en aquella incomoda etapa de la cual todos pasamos.
También me ayudaron a, hasta cierto punto, y para bien o para mal, a hacerme de una identidad musical.
Fresa.
Bubble Gum.
Pre-Fabricada y casi genérica…
Pero MIA, Chingue a su madre…No era la música que oían mis hermanos o mis padres o mis amigos, no era muy buena, pero de nuevo…era MI música.
Carajo, hasta un jodido poster de ellos tenia en mi cuarto (junto con Julia Roberts y Las Tortugas Ninja...si, solia creer que Julia Roberts estaba guapa...)
Me aprendí las canciones, los pasitos de baile…
Quería ser uno de ellos.
Al pasar de los años, y al ir evolucionando, creciendo y madurando en muchos aspectos, se convirtieron en un bonito recuerdo…
Otros grupos iguales, años después de haber logrado el éxito con conceptos similares, regresaron por sus fueros.
La verdad el concepto de un puñado de treintones/cuarentones cantando canciones escritas para ser cantadas por y para niños y adolescentes se me hace de lo más ridículo y desesperado del mundo.
Por lo mismo, para mis adentros, decía con orgullo.
“Por lo menos los NEW KIDS ON THE BLOCK tienen la dignidad, el sentido común y el decoro de no reunirse, y saben que todo eso quedo en el pasado…”
Chale…
Nadie sabe para quien trabaja….
C-ya in da funny papers, ya bums...
Oy Vey.
2 comments:
No te hagas, si hasta te emocionas. Ya los veremos a ti y al Joey bailando en los conciertos. :-P
Francisco.
¿Y no te pusiste de luto ahora que se murio el Charlton Heston, bro?
Y además, me lamen los zapatos los cantantes de ahora. La música de los ochentas era la neta: sonsorrona, cursi, algunas con mensaje, otras bien pendejas, pero con buenos arreglos y gente que por lo menos había intentado tomar clases de canto.
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