Sunday, March 03, 2013

Ni un pelo de tonto.



Me gusta pensar que soy una persona respetuosa, no me gusta meterme en la vida de la gente ni decirles como vivirla, porque no me gusta que la gente haga lo mismo conmigo.

Y tal vez no sea la persona más indicada para dar consejos, pero tomando en cuenta que los consejos son como las mentadas de madre y les hace uno caso si quiere. Así que, con eso en mente, aquí vamos.

Hay un momento en la vida de los hombres en los que nos enfrentamos al hecho de que en nuestros cueros cabelludos no encontramos la misma cantidad, grosor o abundancia de cabello con la que contábamos en nuestros años de mocedad. Casi sin darnos cuenta, donde otrora hubiera una salvaje melena leonina, encontramos espacios vacíos, vemos que nuestro cráneo nos saluda burlonamente debajo de algunos cabellos delgados como tela de araña en la imagen del espejo y nos dicen: “Te estas quedando calvo, amigo mío”.



A muchos les pasa en sus veintes, o hasta después de sus treinta, hay quienes pierden más cabello que otros, existe una minoría que llega a una avanzada edad con una cabeza llena de cabello. Pero es una verdad de la vida, los hombres tarde o temprano perderemos el cabello. La alopecia androgénica afecta a millones de hombres, ya sea de origen hormonal (las hormonas masculinas y la testosterona adelgazan los folículos capilares) o por herencia y en verdad, no tiene una cura comprobada, solo algunos medicamentos tienen cierta eficacia limitada para contrarrestarla, y algunos, como el la Finasterida actúan como supresores hormonales.

Pero, no es cáncer, no es SIDA, no es lepra ni sífilis, nadie se ha muerto de calvicie, pero no todo el mundo puede vivir con ella. 

Ese es mi punto.

Así que te estas quedando pelón y crees que estás perdiendo la batalla contra el tiempo, temes que las mujeres no te hagan caso y la gente no te tome en serio por no tener pelo, se burlaran de ti y no tendrás amigos, novias y morirás solo y calvo (y que una mujer juzgue tu hombría por la cantidad de cabello que tienes es como juzgar el valor de una mujer por el tamaño de sus senos o de sus traseros: es juvenil, inmaduro y superficial. ¿Quieres estar con una persona así?)

Entonces te aferras a los tres pelos que te quedan como quien se agarra de una cuerda para no caer al abismo, como si sucediera que si los tratas bien, se multiplicaran como conejos y todo regresara a la normalidad. O puedes intentar que nada ha pasado, tal vez si te peinas así, con esto por acá y esto por aquí, nadie se dará cuenta que solo tienes 20 o 30% del cabello que tenías hace 10 años. Pero ambos sabemos que no funciona.

Se fue, y no volverá.

No hay nada que se pueda hacer al respecto.

Aunque tampoco es como perder un pie por la diabetes o un seno por el cáncer, esas si son VERDADERAS tragedias y no chiclosos.

Entonces, si me lo permites, te voy a dar un consejo nacido de la experiencia.

Rápate.

Dime sinceramente, ¿Estas personas que ves a continuación se ven mal o son menos hombres por tener la cabeza rasurada debido a su calvicie?, ¿crees que si en verdad funcionara algún remedio en el mercado no lo usarían, sin importar el precio?








Así de sencillo, toma la rasuradora o ve a la peluquería y adopta con gusto el look del “copete de hueso”.
Es liberador, relajante, cómodo. Ahorras tiempo en las mañanas al no tener que peinarte, ahorras dinero al no comprar Shampoo, acondicionadores, gel o mousse o volver a pagar por la estética o peluquería si inviertes en una rasuradora eléctrica de $300/$400 (la practica hace al maestro).
Funciona para mí, me siento muy bien y me veo bien, acepto mi realidad, mi edad y la responsabilidad de tener una personalidad propia que no se basa en mi imagen o quien pretendo ser y las consecuencias que esto conlleve.

Lleva tu realidad con dignidad, con orgullo...el mundo no es perfecto, asi que no tiene por que exigirnos que lo seamos nosotros.


Bueno, sí, podría perder un par (de decenas) de kilos…pero eso es otra historia.

Asi que allí les dejo este consejo, compañeros espero que no lo consideren una idea demasiado descabellada.

¿Eh?

¿”Descabellada”?

Vale pues, nos leemos luego.

(En Francia me considerarían un GENIO de la comedia, bola de ignaros…)