Monday, October 31, 2011

¡QUEREMOS JALOGÛIN! 2011

Pues parece que al jurado de la revista “Muy Interesante”, mi historia no les pareció lo suficientemente buena, o tal vez, no se le considero “original” al hacer homenaje a otras obras.

De cualquier forma, solo quería ganar la IPad para venderla, lo que si me duele es el vale por $1000 para la librería Bambi…digo...Ghandi.

Les dejo con la versión original sin cortes ( Tuve que editar 5 paginas ) de la historia que mande a concursar a esta revista, Sci Fi + Terror como sentido homenaje a Rod Serling y…bueno, mejor léanla. ( y recuerden que la introducción se oye mejor si se la imaginan narrada por el gran Claudio Brook

DESDE EL PRINCIPIO DE LOS TIEMPOS, EL HOMBRE PREFIERE LA CLARIDAD Y LA CALIDEZ DE LA LUZ A LA FRÍA Y MISTERIOSA PENUMBRA Y TODO LO TENEBROSO QUE HABITA EN ELLA, ASECHANDO AL COBIJO DEL NEGRO TERCIOPELO DE LA NOCHE...PERO... ¿QUE PASA CUANDO LA OBSCURIDAD ESTA DENTRO DE LA MENTE Y LOS CORAZONES DE LOS HOMBRES? ¿QUE LUZ ES LO SUFICIENTEMENTE BRILLANTE PARA ILUMINAR NUESTROS PROPIOS...LUGARES OSCUROS?


Sic Semper Tyrannis

…murmuro, mientras contemplaba el indescriptible acto de violencia que yacía frente a él, acto que el mismo había perpetrado.

-Sic…Semper…Tyrannis…-

Así será para los tiranos, así se llevo a cabo el plan mas descabellado de un desesperado grupo de resistencia.

Su corazón palpitaba a cientos de kilómetros por hora, su frente estaba bañada en un frio sudor que de goteaba de la nariz y le ardía al entrar en sus ojos.

Levanto su mano para limpiarse el sudor y terminar con la molestia, pero solo logro mancharse la cara con la pegajosa y aun tibia sangre que goteaba de los dedos, de la manga de la camisa.

Sobrecogido por la tormenta de emociones y recuerdos de sus acciones de las últimas semanas y simplemente se derrumbo, dejo que las lagrimas brotaran como un torrente, el nudo en su garganta le impedía emitir cualquier sonido coherente, y mucho menos hablar.

Pero tenía que recuperarse, a pesar de todo, la misión fue un éxito, pero el tiempo no estaba de su lado.

Enjuago su cara y sus manos en la turbia agua de despostillada pileta del sucio tocador, evitando verse a sí mismo en el espejo roto, tomo su chaqueta y sombrero del pechero y se los puso rápidamente. Reviso la habitación buscado sus implementos, sus siniestras herramientas que con infalible precisión le ayudaron en su propósito y los guardo en su maletín de cuero sin importar el orden o la limpieza de los mismos, después de todo, era la última vez que los usaba.

Antes de salir de la habitación, dio un breve vistazo a su obra, la gran guiñolesca escena le revolvió el estomago, aunque más que la imagen de la pobre mujer, destrozada, cubierta de sangre, junto con el nonato fruto de sus entrañas , aun unido a ella por el cordón umbilical.

“Perdón…” logro murmurar con un hito de aliento remanente, y guio sus pasos en forma apresurada, pero no corrió para no despertar sospechas, la policía estaba especialmente agresiva con la gente que deambulaba las calles a altas horas de la noche, en especial en esta zona, la zona de Whitechapel.

No mas crímenes, no mas cripticas cartas a las autoridades, no mas tener que esconderse. Ahora iría a casa.

La fría madrugada londinense castigaba las partes de su rostro que no cubría su bufanda, y eso le recordaba que en verdad estaba vivo y que todo lo que le pasaba no era una pesadilla sangrienta.

Buscó el callejón más oscuro y desolado, procuro que nadie le había seguido o que no hubiera algún borracho o vagabundo dormido entre la basura y los desperdicios, cuando se supo solo, entre los olores de basura, orina y podredumbre, se arremango la camisa, haciendo caso omiso a la sangre que la manchaba. Encontró el dispositivo, amarrado a su muñeca con sendas correas de cuero y caucho remendado, con una sucia pantalla de cristal liquido y media docena de botones y perillas que parecían venir cada una de un aparato distinto, varios alambres de varios colores, algunos rotos y muchos cubiertos de distintos tipos de cintas y esparadrapos, unían a la consola principal con una pieza de algo parecido a un cuarzo o un cristal mineral. Una cruda creación, austero en su construcción más, sin embargo, su función excedía por mucho su arcaica estética.

Comenzó a manipular perillas y botones, zumbidos y chirridos mecánicos de varios tonos comenzaron a escucharse débilmente, para luego subir de volumen mientras varias secciones del cristal se iluminaban como si la luz del sol pasase a través de él, descomponiéndola en un arcoíris miniatura, los sonidos y las luces el brazalete aumentaban exponencialmente si su intensidad. Fue entonces cuando esta persona desapareció, dejando solo en el ambiente, una descarga de electricidad estática y olor a ozono que, para cuando por fin amaneciera en el nebuloso Londres, habría desaparecido, y un nuevo crimen del misteriosos terror que tuvo asolada a la ciudad y ocuparía los encabezados de los diarios y llenaría las páginas de los terribles folletines que solo cuestan un centavo y alimentan el morbo de las masas con sus mórbidas y explicitas descripciones.

****

Al igual que en el viaje de ida, las ropas del viajero se fueron disolviendo lentamente, al igual que todo su vello corporal mientras flotaba en una vorágine de energía que giraba como un rehilete de destellos e imágenes de personas y lugares que solo permanecían visibles por breves segundos, apenas distinguibles. La misma energía que rodeaba el artilugio de su muñeca impedía que se disolviera también. El viajero simplemente cerró los ojos, se dejo llevar por la corriente de improbables energías que se arremolinaban a su alrededor y aunque en su conciencia le pesaban los horrorosos crímenes que cometió, las pobres mujeres que tuvieron que pasar por la hoja de su bisturí para hacer que el crimen planeado no pareciera un asesinato planeado, sino como parte de una ola de terror al azar de un maniático sexual, sonrió, y una lagrima de alegría recorrió su rostro.

Se lleno de gozo al pensar en cómo sería su futuro, antes sombrío y opresivo por la influencia del tirano, ahora libre de su yugo, ya que, gracias a él, este había muerto antes de nacer.

Y solo él y un puñado de luchadores por la libertad sabrían la verdad del cruento destino del cual salvaron a la humanidad. No dejaba de preguntarse: ¿A qué nuevo y osado mundo llegaría?

Solo segundos pasaron antes de que llegase a su destino, pero parecieron horas. Lo que era una cacofonía de imágenes se convirtió en una leve bruma por la cual logro distinguir la silueta de la plataforma desde la cual inicio su viaje, su misión, en el destartalado laboratorio que encontraron entre las ruinas de un edificio en la zona de los “plebes” él y otra docena de amantes del conocimiento y la libertad ,algunos inclusive eran miembros del Partido interior y de varios Ministerios, , todos ellos unidos por una causa común bajo el auspicio del Camarada Brown, importante funcionario del Ministerio de la Paz.

Se materializo como lo hizo en el Londres del pasado, meses antes; desnudo, lampiño y extremadamente agotado, solo con el brazalete que le permitía la transportación trans temporal atado a su muñeca.

Antes de caer al suelo, como resultado de su extenuante experiencia, solo vio ante el al Camarada Brown, sonriendo de forma satisfactoria, con los brazos cruzados y viéndolo fijamente.

¿En dónde estaban los demás?, ¿Por qué no le estaban allí para recibirle? Y lo más extraño ¿Por qué todo se veía exactamente igual de como estaba antes de irse?

***

Cuando por fin despertó, se sorprendió al encontrarse en un camastro, frente a él, sentado en una silla y con la misma sonrisa de antes, el Camarada Brown.

- Interesante viaje que tuvo usted, William, le esperábamos con ansiedad.

William, su nombre era William Theodore, recordó su nombre por fin, se toco la muñeca en donde estaba el brazalete y no lo encontró, en su confusión, vio frente del un vaso con agua sostenido por Brown, lo tomo y se apresuro a beberlo, sus labios estaban secos al igual que su garganta, una vez que se hidrato, pudo hablar:

- ¿Brown?, ¿Qué sucedió?, ¿Qué salió mal?

- Eso es lo maravilloso de esta situación, William, todo salió a pedir de boca, no podríamos estar más contentos y agradecidos contigo.

Aun más confundido, se restregó los ojos y vio a su alrededor, para su sorpresa se encontró en una celda de paredes grises y frías. Se acerco a la pequeña ventana cruzada de gruesos barrotes y para su horror, atisbo el mismo mundo, la misma Londres de la cual partió y a la cual había regresado.

En donde William esperaba ver niños jugando en verdes prados y parejas de enamorados andando sujetado de las manos, estaban las eternas masas de gente con sus monocromáticos uniformes marchaba por las calles en camino a sus igualmente monótonos y tristes empleos, Donde imaginaba cielos azules y soleados, estaban nubes negras de polución y los dirigibles que mantenían una constante vigilia sobre la población, en donde soñaba ver marquesinas anunciando obras de teatro, espectáculos cinematográficos y conciertos de cualquier género y mentalidad, jamás manipulados o censurados por nadie, estaban los opresivos lemas del Partido, que nos recordaban que la paz era la guerra, la libertad esclavitud y la ignorancia es fuerza.

Y por supuesto, el enjuto y severo rostro del Hermano Mayor, con su eterna y omnipresente mirada de desaprobación.

Las palabras le fallaron, William volteo a ver a Brown para darse cuenta que este llevaba el temido uniforme del Ministerio del Amor.

- William…mi buen amigo William – dijo en tono condescendiente y sarcástico - ¿No te das cuenta de que nada de lo que crees saber es cierto? Nosotros manipulamos toda la información, toda la historia, lo que sucedió y lo que va a suceder. Tenemos control absoluto de la realidad, no íbamos a dejar disponible para cualquiera la “verdadera” fecha de nacimiento del Hermano Mayor y mucho menos los medios para evitar su nacimiento.

William se encontraba incrédulo, mas sin embargo, no estaba sorprendido de la extensión de la maldad de El Partido y la adrenalina de la ira que esto le causaba le ayudo a recuperar la conciencia.

- Ustedes fabricaron todo, el supuesto hallazgo accidental de los papeles que probaban que no solo el Hermano Mayor había muerto hace décadas, sino que también donde y cuando nació…el descubrimiento de la máquina del tiempo y su reparación. ¿los demás miembros del proyecto “Sic Semper Tyrannis”…?

- La mayor parte eran parte de la charada, los demás han sido propiamente re educados o eliminados, veras, William, hacia meses que habíamos encontrado la maquina, pero es un artefacto demasiado importante y poderoso, pero podría ser inestable, peligroso, no podíamos correr el riesgo e involucrar a todos nuestros valiosos científicos, así que ideamos toda esta farsa.

Brown se levanto de la silla y deambulo por el cuarto, sin dejar de sonreír ni de ver a William.

- La mejor forma que tienen los gobiernos de mantener su yugo en el pueblo, es manteniendo de ilusión de que pueden rebelarse, de que pueden alcanzar un ideal de libertad. La única libertad que tienen es aquella que nosotros decidimos que pueden tener. Alimentado por esa falacia no dudaste en llevar a cabo el infame plan, sacrificar tal vez tu vida, pero indudablemente tu alma, tal vez por el bien común, tal vez por tu egoísta fantasía en donde te vez como una especie de héroe. Pero no dudaste por un minuto en cometer esas atrocidades y llenar tus manos de la hedionda sangre de esas mujerzuelas.

Ya que su destino era inevitable e inminente, William se volvió a sentar en el mísero camastro, se sentía sucio, usado, tonto, pero por lo menos, obtendría las respuestas a sus preguntas antes del final.

- Entonces ¿A quién mate? ¿Cómo cambia eso el curso de la historia?

- No lo cambia en absoluto, o tal vez si, veras, una de las teorías que tenemos los involucrados en esta empresa, es que, el tiempo no es una línea recta, sino que hay eventos que crean líneas divergentes y alternativas, en donde las cosas no son como uno las conoce. Lo más probable es que hayas matado a un Don Nadie, pero: ¿Quién puede saberlo? A lo mejor el pobre infeliz se iba a convertir en el padre de alguien importante o inclusive, es probable que hayas asesinando al infante que, efectivamente se convertiría en aquel a quien llamamos alguna vez Hermano Mayor en el futuro, pero no en este mundo, no en esta realidad.

Del bolsillo de su chaqueta, Brown saco un paquete de Cigarrillos de la Victoria, encendió uno y le ofreció el paquete abierto a William, este tomo el que sabía, era su ultimo de su vida.

- Entonces, Brown, me está diciendo que es posible que si haya cumplido mi misión, pero que no afecta nuestro futuro, sino otra de las millones de variantes de mundos, de existencias. Entonces – dijo antes de dar una bocanada al cigarrillo y expulsar el humo – en algún lado hay un 1984 en donde no viven en la opresión y la mentira –

- Es tan probable como improbable, es una paradoja que sinceramente no me interesa desenredar, además, sinceramente, ¿Cómo sabe usted, buen amigo, que este es el año de 1984? sin embargo, aquí y ahora, sin importar el año que sea, se ha convertido usted en el más importante héroe que la ciencia haya conocido, el intrépido “crononauta” que probo que se puede viajar por el tiempo y hojear las páginas de la historia de propia mano, invaluable herramienta para que El Partido Central y el Hermano Mayor mantengan su régimen por mucho, mucho tiempo. -

Ahora le tocaba el turno a William de reír, pero no con humor, reía por no llorar, por no gritar a los cuatro vientos su frustración, solo quería que esto acabara lo más pronto posible.

- Supongo que ahora, me re educaran, me lavaran el cerebro y me pondrán a la cabeza del desfile en el próximo Día del Odio, en donde gritare a viva voz las alabanzas al Partido y a sus logros, y hare reverencias ante los ideales que nos mantienen en esta cómoda y feliz opresión… ¿No es así? -

El semblante de Brown se torno serio, apago su cigarrillo, lo arrojo al suelo y lo aplasto con su pesada bota de cuero.

- Ay de mi…desgraciadamente, camarada, nadie, nunca jamás, sabrá de su existencia, de su misión o de su aportación, es usted demasiado inestable y rebelde como para intentar re educarlo, no tendrá usted el honor de conocer la temida Habitación 101, lo cual me da mucha pena. Pero, irónicamente, se convertirá usted sin saberlo, en una leyenda, una leyenda sombría y macabra, pero leyenda al fin…-

Al decir esto se llevo la mano a la espalda y saco un revolver, con el cual apunto hacia la cabeza de su interlocutor.

- Vera, sus acciones del pasado no pasaran por alto, como pudo usted atestiguar, nadie sabrá nunca que William Theodore dio al Hermano Mayor y a su gobierno, la capacidad de explorar el pasado y hacerse de recursos, armas, y conocimiento invaluable, pero todos recordaran con horror, en esta y cualquier realidad, la temible leyenda de Jack El Destripador, Terror de Londres.

Antes de que Brown jalara el gatillo, William le vio directamente a los ojos y le dijo:

- Te mandare una postal desde el infierno, Brown, y te estaré esperando.

El sonido del disparo retumbo entre las paredes de concreto de la celda, la puerta de abrió y un par de guardias tomaron el cadáver y lo sacaron de la habitación. Aun con el arma humeante, Brown sonrió y dijo, casi susurrando.

- Larga vida al Hermano Mayor…donde quiera que este.

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